Calentamiento global. Pandemias. Emisiones de carbono. Tala indiscriminada. Bosques y selvas incendiadas. Plásticos de un solo uso. Animales en peligro de extinción. A veces la vida en la Tierra se siente un poco como este meme…

El calentamiento global (ese término que venimos escuchando hace demasiado poco en relación a la urgencia que implica) es básicamente el incremento de la temperatura de las superficies terrestres, causados principalmente por la actividad humana: nuestras industrias generan gases de efecto invernadero que mantienen el calor dentro de la Tierra.
Gracias a ellos, la temperatura global anual está 1 °C por encima de lo que estaba antes de la era pre-industrial. Parece poco, pero científicos demostraron que para 2030 podría llegar a aumentar 1.5 °C, y ese número es la diferencia entre la vida y la muerte para miles de especies. Sequías extremas, incendios forestales, desprendimientos de glaciares, inundaciones o escasez de alimentos para cientos de millones de personas podrían ser solo los primeros síntomas.
¡ES TREMENDO! SÍ. Pero este es el momento de tomar el control. No aceptamos el argumento cómodo de “¿de qué sirve mi humilde aporte a una situación poco controlada que depende casi completamente de grandes compañías?” y en cambio elegimos asignarle la esperanza de una conciencia colectiva que comienza desde cada uno de nosotros, siempre.
Pasemos a la acción con estas ideas para que empieces de a poco a hacer grandes cambios, desde tu hogar.
Pssst! Si te interesa seguir investigando sobre el tema antes de pasar a la acción, mi mayor recomendación es que veas el documental “Before the flood” de Leonardo DiCaprio (¿hay algo que Leo no haga bien?). Fue el material que más me ayudó a entender la situación y me motivó a empezar a actuar.

#1. Revisá tus consumos
¿Por qué? Un estudio de IPCC demuestra que las industrias que más afectan a la situación ambiental son Energía (25%), Agricultura (24%), Metalúrgicas/Químicas (15%), y Transporte (14%). Para combatir desde casa los aportes de estas industrias:
Reducí tu consumo de electricidad y gas en casa.
- Cambiá todas tus lamparitas a focos LED de bajo consumo.
- Evitá mantener artefactos electrónicos innecesariamente enchufados y/o prendidos sin supervisión.
- No abuses de la estufa en invierno, ni del aire acondicionado en verano.
- Si vas a comprar electrodomésticos nuevos, verificá que cuenten con uso eficiente de la energía.
Limitá tu consumo de carnes rojas.
- Si de combatir el desastre ambiental que genera la ganadería se trata, lo ideal sería que no consumiéramos carne. Empezá dando pasos pequeños para reducir tu consumo: no la cocines en casa, consumila sólo si salís a comer, o sólo los fines de semana. Si tuvieras que elegir entre un plato con carne roja u otra proteína, elegí la otra. (hacé click acá para entender por qué)
Creá hábitos de transporte más sustentables.
- La bici is the new black: no genera emisiones de carbono y te mantiene en forma. ¡En invierno también! (Si en Holanda pueden)
- Siempre elegí transportes de varios pasajeros antes que particulares. Compartí viajes con amigues y compañeres de trabajo.
#2. Reciclá y reutilizá
¿Sabías que más del 50% de los residuos que generamos a diario corresponden a materiales reciclables que pueden recuperarse?
Es una tarea simple que por suerte hace años está ganando terreno, y cada vez más personas la cumplen. Sin embargo, existe mucha desinformación y esto lleva al viejo “reciclaje y confusión”. ¡Que no panda el cúnico! Te lo explico de manera fácil, rápida y casi intuitiva, para que empieces a generar cambios increíbles en tus formas de consumo.
- Reciclables: (siempre limpios y secos) papeles, cartones, tetrabrik, plásticos, vidrios y metales
- Basura: orgánicos y compostables, vidrios rotos, lámparas, servilletas, residuos sanitarios, etc.
- Una regla que a mí siempre me ayuda a reconocer un desecho reciclable: es ¿está húmedo y/o sucio? Si la respuesta es negativa, va al tacho verde.
Si en cambio la respuesta es positiva, analizo si puedo limpiarlo fácilmente. Durante un tiempo trabajé muy de cerca con gente encargada del plan Ciudad Verde, y me contaron que muchas veces es peor gastar litros y litros de agua en intentar limpiar un envase lleno de aceite, que desecharlo como basura. ¿Por qué? El agua sigue siendo el recurso no renovable más importante que tenemos, y hay que tener especial cuidado en cómo lo usamos.
Envases como packs de leche, cremas, bolsas de papas fritas, cajas de pasta, etc. probablemente sean muchísimo más fáciles de limpiar antes de reciclar que botellas de aceite, packs de salsas rojas, envoltorios de quesos, etc.
En la Ciudad de Buenos Aires, la separación de residuos en comercios, oficinas y hogares es una tarea obligatoria bajo la Resolución 1444/14 y la Ley Nro. 1854. Si en tu casa u oficina aún no lo hacen, ¡pueden empezar hoy mismo! Imprimí estos carteles para identificar los tachos del cuartito de basura de cada piso, y chequeá qué hacer con esas bolsas en este mapa.
Fácil y rápido. Leo would be proud.

#2.1. Reciclaje nivel experto
Tengo dos propuestas extra para vos si sentís que podés dar un poquito más por el planeta, o aplicar cuando estés listo para dar el siguiente paso.

COMPOST
La primera se llama Compostar. Probablemente hayas escuchado de ella: ayuda a reducir el volumen de basura que desechamos, y le da nueva vida a desechos orgánicos que podrían generar gases de efecto invernadero y contaminar otros materiales que podrían ser reutilizables. A continuación, te dejo los básicos de la Red de Compostaje:
- Compostables: restos de frutas y verduras, cáscaras de huevos, saquitos de té o café, yerba mate, toallitas de papel, papel de diario.
- No compostables: carnes, lácteos, metales, envases y productos no orgánicos.
¿Cómo lo hago?
- AGREGÁ orgánicos y secos a tu compostera cada 1 o 2 días (por ejemplo: recortes de verduras + cartón picado).
- MEZCLÁ una vez por semana.
- USÁ el compost para tus plantas. Vaciá la compostera cada 3 meses, si te sobra, regalale a un amigue o vecine ¡tus plantas te amarán!
Hay muchísimos rumores dando vueltas sobre por qué o no compostar. Lo cierto es que todas las personas que conozco que lo hacen, tienen experiencias positivas. Como todo hábito, es prueba y error, hasta que un día sale bien. ¡Animate!

BOTELLA DE AMOR
La segunda es un proyecto llamado Botella de Amor. Consiste en llenar botellas con plásticos de un solo uso para luego reciclarlos y transformarlos en madera plástica. Con este material, se producen muebles y un porcentaje de esa producción es donado.
Hay muchos centros de acopio para dejarlas y es una actividad que puede entretener tanto a grandes como a chicos. Aquí los básicos:
- ¿Qué va en la Botella de amor? Vajilla descartable, paquetes plásticos de casi todos los productos de alacena desde arroz a alfajores, bolsas de supermercado y tipo Ziploc, blister de medicamentos, sachets, papel film, otras botellas plásticas, envoltorios plásticos de todo tipo y hasta cepillos de dientes.
- ¿Qué no va en la Botella? todo lo que no sea plástico: globos, vinilos, telgopor, guantes de látex, radiografías, esponjas, paquete de yerba y tetrapacks.
¿Cómo lo hago?
- En una BOTELLA PLÁSTICA de cualquier tamaño, empezá a poner todos los plásticos de un solo uso.
- AYUDATE con un palo o cuchara de madera, para aplastarlos lo más que puedas.
- Una vez llena, LLEVALA AL CENTRO DE ACOPIO MÁS CERCANO. La botella debe estar rígida, casi sin aire, y podés llevar de a varias.
#3. Sharing is caring: compartí tu sabiduría.
Compartí estas propuestas con tus amigues, padres, compañeres de trabajo y clase. ¡Expandí la palabra! Cualquier oportunidad que encuentres para generar cambio es válida. Involucrarse es el paso más grande y más importante.

Te invito a que conozcas a otro Leo que hace todo bien. Leo Piopio es un niño del sur de Chile que, acompañado de su perro Chimuelo, nos enseña a valorar, cuidar y apreciar todos los seres vivos de una manera TAN sabia y tierna que restaurará tu fe en el futuro.
Y en Monoblock, ¿cómo ayudamos al planeta?
Asumimos desde 2020 el compromiso #CarbonoNeutral de la mano de @seamosbosques una empresa encargada de compensar la huella de carbono que produce nuestra actividad industrial, restaurando los bosques nativos tucumanos. Descubrí más en esta nota:
En Monoblock asumimos el compromiso carbono neutral

Ilustraciones:
Portada: Vik Arrieta / Editorial: Dani López Fonseca.