¿Te suena el nombre Basquiat? ¿Frida Kahlo, Tony Morrison? ¿Warhol, quizás? ¡obvio que si! fueron grandes imaginadores que se atrevieron a imponer una nueva visión que cambiaría el mundo para siempre. Pero nadie puede llevar semejante empresa without a little help de sus friends pues dos mentes extraordinarias siempre piensan mejor que una. Amistad + inspiración componen una dupla imbatible para romper las barreras de la imaginación y forjar una obra para la posteridad.
Hicimos una selección a partir de agudos y profundos análisis estéticos (a.k.a artistas cuya obra nos vuela la peluca) porque creemos que si hay historias dignas de ser compartidas, esas son las historias de amistad.

La leyenda cuenta que se conocieron en un New York, en un restaurante en el que Warhol almorzaba con amigos. Basquiat, joven graffitero entonces desconocido, se les acercó para ofrecerles unas postales pintadas por él.
Fue el comienzo de un #bromance mítico en la historia del arte, que llevó las carreras de ambos a otro nivel. Se hicieron grandes amigos a nivel personal e incluso pintaron juntos cerca de 200 obras.
Su gran amistad les permitió fusionarse intelectual y artísticamente, sacando lo mejor el uno del otro. Warhol refrescó su obra con una mirada nueva, y Basquiat se cristalizó para la historia como uno de los grandes artistas del siglo XX.
Si querés conocer más sobre esta fascinante historia, te recomendamos el libro de la editorial Taschen Warhol on Basquiat.

La gran escritora del clásico Matar a un ruiseñor y el renombrado autor de Desayuno en Tiffany’s se conocieron desde niños pues eran vecinos en un pequeño pueblo de Alabama. En la escuela, el padre de Lee le regaló a su hija una máquina de escribir con la que se turnaban para dictarse historias y escribirlas.
Su amistad perduró por los años, y en su juventud decidieron mudarse juntos a New York para impulsar sus carreras literarias. Se dice que ambos se inspiraron en el otro para crear personajes entrañables, que se ayudaban mutuamente en la edición de sus textos y que, de no haber sido por Harper Lee, las entrevistas a los condenados que derivaron en la novela A sangre fría no hubieran sido posibles.
Al final de sus días se distanciaron por rivalidades profesionales, pero la amistad entre Lee y Capote floreció en el mundo del arte otorgándoles numerosos reconocimientos y un legado de obras maestras de la literatura y del cine.
Si te gustó esta historia, te recomendamos el libro Tru & Nelle de G. Neri, inspirado en la infancia de Harper Lee y Truman Capote.

Se dice que los artistas se conocieron en una librería de Santiago de Chile en la que Lemebel vendía postales antiguas. Conformaron durante diez años el dúo “Yeguas del Apocalipsis” aún durante los años de la dictadura de Pinochet.
Buscaron visibilizar y reivindicar las diversidades sexuales irrumpiendo espontáneamente en actos culturales y políticos con acciones artísticas. Con una estética provocadora abordaron temas como el VIH, los desaparecidos, la homosexualidad y la censura.
Además de una apreciada obra literaria, Casas y Lemebel descubrieron en su amistad una gran fuente de inspiración, fueron valientes al explorar las relaciones entre arte, cuerpo, política y sexualidad en un contexto opresivo.
El el MALBA, podés encontrar la obra Las dos Fridas por las Yeguas del apocalipsis. Clickeá acá para conocer más.

Se conocieron en París gracias a amigos en común. La gran artista argentina y la pintora surrealista mexicana cultivaron una amistad que influyó y enriqueció la obra de ambas.
Fueron rebeldes ante las normas de la época y tomaron con valentía las riendas de su propia propuesta artística. Intercambiaron muchas cartas durante toda su vida y se inspiraron mutuamente.
A finales de los 60’s Fini realizaría la obra “la dama oval” inspirada en los cuentos que había escrito Carrington en 1939. En una entrevista de 2002, Leonora Carrington dijo:
“Siempre había visto a Leonor como una buena amiga a quien quería, y cuya belleza e inteligencia me habían impresionado sobremanera desde la primera vez que nos conocimos durante los años 30”
Te recomendamos el libro The Militant Muse de Whitney Chadwick que explora las intensas y complejas relaciones entre las mujeres exponentes del surrealismo.

Toni Morrison, escritora ganadora del Nobel y del Pulitzer, conoció a James Baldwin cuando, siendo editora de Random House, buscaba negociar el contrato de un nuevo libro. El libro no se editó, pero nació una gran amistad en la que ambos soñaron con un mundo libre de discriminación y desigualdad racial.
Su admiración e inspiración mutua llevó la obra de ambos escritores más allá de una pila de libros, constituyéndose como dos de las voces más recordadas de la literatura estadounidense y del activismo por los derechos civiles de los afroamericanos.
Cuando Baldwin murió, Morrison escribió un sentido tributo a la amistad que los unió y a su inspiradora obra: “Como muchos de los que aquí quedamos yo pensé que te conocía. Ahora descubro que en tu compañía es a mí misma a quien conozco. Ese es el asombroso regalo de tu arte y tu amistad: nos diste a nosotros mismos para pensar y atesorar.“
Se conocieron en una fiesta con mucha tequila, pensadores y artistas en la famosa casa azul de Frida y Diego. La gran cantora cuenta que se impresionó cuando Frida fue bajada en su cama por las escaleras, vestida de tehuana y al son de los mariachis.

Aunque el secreto sobre si la relación entre Frida y Chavela era más que una amistad quedó entre ellas, es indudable que ambas sentían una gran admiración por la otra.
Así, entre pinturas, canciones, amigos, muchas risas y tequilas, la mítica cantante de rancheras y la más famosa pintora surrealista se inspiraron mutuamente e hicieron de su amistad una gran historia para contar.
“Pensábamos las mismas cosas y queríamos que el mundo fuera como nosotras lo soñábamos”
Chavela sobre Frida en una entrevista.
2 comentarios
Buenísimo el aporte. Un cordial saludo.
¡Muchas gracias por leer, Lisette!