Viajar es probablemente la actividad que más nos enriquece el espíritu y nos hace sentir vivos. Estar a cientos (¡o miles!) de kilómetros del lugar donde vivimos trae consigo infinitas posibilidades: probar un plato típico, vivir el estilo de vida, conocer gente nueva, vestirse según las costumbres.
Algunos gozamos de mejor memoria que otros, pero hasta los más afortunados nos olvidamos de las pequeñas cosas. Hacer un diario es un poco eso: darle importancia a cada cosa grande o pequeña que nos haya ocurrido, para asegurarnos de recordarlo en el futuro y revivir la experiencia de la manera más fiel posible. Claro que la foto en la Torre Eiffel es un sueño hecho realidad de por sí, pero ¿tu experiencia fue igual a la de los otros 7 millones de turistas que visitaron Paris ese año? El croissant exquisito que comiste en el metro para llegar, aquello que te hizo reir en la fila, el amigo que te hiciste al pedirle que te saque una foto, la videollamada con tu familia desde la cima. Los pequeños momentos son invaluables y únicos, y el motivo por el cual tu viaje merece ser recordado.
En esta nota vamos a aprender a guardar todos tus recuerdos en una máquina del tiempo que va a mantener viva tu experiencia de viaje, vamos a elegir el cuaderno ideal para empezar, te voy a dar unos tips para cuando sentís que la creatividad no está de tu lado y al final, ¡vamos a volver a viajar!

¿Antes, durante o después?
Si bien amo usar cuadernos de viaje para planificar (soy de las que anota TODO: desde los horarios del tren, hasta los precios de los museos) confieso que me resulta súper díficil sentarme a hacer una linda página mientras viajo. Sin embargo, el verdadero encanto del diario es poder hacerlo as you go: los recuerdos y sensaciones nunca estarán tan frescos como entonces.
Descubrí que la manera que mejor se adapta a mi estilo de viaje es llevar siempre una mini libreta (o la app de Notas en el celular) y aprovechar la excusa para sentarme en ese cafecito que tiene tanta pinta a sumergirme en la escritura y bocetar o garabatear sensaciones y experiencias de los últimos días. Cuando vuelvo a casa, con más tiempo (y para combatir esa horrible sensación de nostalgia post-viaje) aprovecho para sentarme y pasar en limpio todo lo que anoté. Lo revivo, lo edito, lo dejo plasmado. Voilá.
El cuaderno ideal
No da lo mismo cualquier cuaderno: tiene que ser uno hermoso que nos haga volar ¡solo de verlo! Como va a ser un aliado en tu viaje, es indispensable que resista TODO. La combinación tapa dura + anillado es ideal para que llegue intacto a todos lados y sea súper fácil escribir, pero optá por tapa blanda en caso de no contar con mucho espacio (¡o peso!) disponible. Te recomiendo leer esta nota para elegir tu favorito.

Analizá también el tipo de hojas que mejor se adapte a tu estilo de redacción:
• Hojas lisas: para los que su mente vuela a la velocidad del avión: nos dan la libertad de agregar fotos, recortes, hacer dibujos ¡crear con libertad! Es el diseño predilecto de nuestros cuadernos de viaje apaisados: hojas gruesas que resisten pinturas, marcadores y pegamentos.
• Hojas rayadas: para aquel tiene más alma de escritor/a, y cada relato lo convierte en una poesía. Te dejo un ejemplo de esta entrada sobre el Met, obra de Isa, la redactora del #MonoblockTeam ¡para que veas cómo aprovecha la hoja rayada!
• Hojas punteadas: tienen la gran virtud de adaptarse a todo. Son un poco de ambas entre lisas y rayadas, y las predilectas del Bullet Journal, si ese va a ser tu estilo de diario. Pronto haremos una nota en el blog sobre este boom.
Empezá a viajar antes de subirte al avión
Hay gente que sólo compra el pasaje de avión y arma la valija el día anterior. Esperan a llegar al destino para elegir hotel, aprenden sobre el recorrido del metro en la marcha, dejan que la ciudad los sorprenda al 100%. Que no quepa duda: admiro esa espontaneidad y la aplaudo, la he practicado en más de un destino. Pero generalmente prefiero empezar a viajar antes de subirme al avión, así que semanas antes ya estoy llevando a cabo una pequeña investigación. Esto permite que tu diario de viaje también se transforme en una guía de viaje. Mis amigos siempre me terminan pidiendo mis cuadernos porque tienen un montón de datos prácticos que no todos quieren googlear.
Si sos del estilo detective, como yo, podés empezar a usar tu diario antes de viajar: anotar los tips que leíste en internet sobre los mejores horarios para ir a un museo abarrotado, los restaurantes que te recomendó ese amigo que ya fue, o hacer una bucket list de todos los lugares que te gustaría conocer durante tu visita. Más abajo te cuento sobre nuestros cuadernos de viaje, que vienen preparados para planificar de antemano. ¡Es súper práctico y una manera ideal para mantenerte organizado!
Recolectá pruebas
¿Pruebas? Sí, juntá todo lo que demuestre dónde estuviste y a dónde fuiste: pasajes, entradas a museos, a espectáculos, folletos informativos, mapas de la ciudad, la tarjeta del subte, un itinerario de la ruta recorrida, la servilleta de la confitería que se llevó tu corazón. Todo esto servirá de recuerdo y despertará en vos algo hermoso cuando lo vuelvas a ver.

Si esta idea te aterra porque solés terminar un viaje con un montón de papeles que ni recordás de dónde salieron, te doy una idea: podés juntarlos en un sobre en tu cuaderno de viaje y pegarles una nota adhesiva o washi tape que tenga anotado qué descubriste en ese lugar, qué aprendiste o qué sensaciones te provocó. Son recortes ideales para acompañar los relatos que más tarde harás de tu aventura, ¡no dejes de coleccionarlos!
Si tenés una cámara Polaroid (y lugar en la valija) es un objeto ideal para llevar si sos del travel journal: el tamaño de sus fotos ya es perfecto para pegar en cualquier cuaderno. También podés imprimir fotos que hayas sacado a la vuelta. Esta opción está genial porque podés seleccionar tus favoritas (adiós fotos oscuras o borrosas) y hacerlas parte de tu diario. Incluso hay muchos lugares que las imprimen con forma de Polaroid. Si vas a escribir durante el viaje, no olvides dejar un espacio para cuando vuelvas y hayas impreso las fotos.
Las entradas más creativas
Todos hemos sufrido de bloqueo de escritor. Nadie dice que sentarte a escribir una entrada en tu diario vaya a ser pan comido, pero ¿qué pasa cuando estás jugando con la lapicera hace 15 minutos sin que te caiga una idea de dónde comenzar? Para esos casos es mejor recurrir a un tema o consigna. Podés aplicarla al diario completo, o a algunas entradas. Hacete preguntas del tipo ¿qué me hizo sonreír hoy? ¿qué me sorprendió? ¿qué aprendí? Anotá las respuestas y andá sacando flechas. Vas a ver que poco a poco empieza a aparecer una historia.
También podés hacer que tu diario tenga un tema general. Por ejemplo, ¿qué pasa cuando contamos un viaje a través de la gente que conocimos? En lugar de hablar de las actividades, podés generar un relato a través de las personas que te cruzaste. El amigo que te hiciste en el hostel con quien terminaste recorriendo la ciudad, o el mozo de tu misma nacionalidad que te sirvió un café y te contó sus aventuras. No hay nada como conocer un lugar a través de su gente.
Podés hacer entradas de todo tipo: las comidas y bebidas que sorprendieron a tu paladar, fotografiar o dibujar a todos los perritos que te cruzaste mientras tomabas un helado en el parque, contar los turistas usando boinas francesas en Paris, el TOP5 de playas que visitaste. ¡Te prometo que siempre hay una historia por contar!
Los materiales necesarios
Hay estilos infinitos de diarios de viaje: diseñados e impresos como un libro, tipo álbumes de fotos, los que son esencialmente una colección de collages. Crear tu diario va a tener mucho que ver con vos, y un poco con el tipo de viaje. Algunos son más profundos, otros son más bien escapadas para alejarse de la rutina. Para recordar algunos quizás hablen más las fotografías y otros necesiten cientos de palabras para expresar todo lo que viviste.

Washi tape
WANDERLUST

Sobre de papel
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Notas adhesivas
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Notas adhesivas
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Un buen recurso que te puede ayudar a comenzar a armar páginas y entradas es generar una estructura. Las páginas en blanco pueden resultar aterradoras y gigantes, pero no te asustes. Vamos a “reducir” ese espacio rápidamente. ¿Cómo?
Supongamos que fuiste al MoMA en Nueva York. Podés comenzar por seleccionar objetos que quieras usar sobre el lugar, por ejemplo: la tarjeta del metro con la que llegaste, la entrada al museo, y una foto que te sacaste frente a tu obra favorita. Pegá los objetos en diferentes espacios de la pagina. En un rincón, anotá 5 canciones de la playlist que estabas escuchando mientras caminabas por las salas. Usá marcadores de colores para decorar y hacer dibujos misceláneos en el borde de las páginas. ¡Hacé un intento por dibujar el logo del museo! Usá una washi tape o una nota adhesiva para generar un cuadro donde cuentes un momento especial que te hizo sonreír. En otro rincón, anotá qué te compraste y cuánto gastaste en el shop. El espacio libre que quedó usalo para hacer un resumen general de tu experiencia, vas a ver que ya no parece tan intimidante.
Podés ir usando esta estructura como entrenamiento hasta que generes un sistema propio, ¡la práctica hace al maestro!
Nuestros cuadernos de viaje
En el #Team hay varios fanáticos de los viajes, así que naturalmente tenemos todos los formatos que puedas imaginar y necesitar para plasmar tu aventura en papel. Apaisados con hojas más gruesas para los artísticos. Anillados y tapa dura para los aventureros extremos. Tapa blanda y libretas para los que viajan liviano. Nuestros cuadernos vienen además con 16 páginas de contenido que diseñamos especialmente para completar y organizar tu viaje. Te cuento un poco sobre ellas:
- Comenzamos con el Plan de Vuelo: Mapa mundial en blanco para armar tu recorrido y marcar todos los puntos clave de tu viaje, ¿cuál es tu ruta?
- En el itinerario encontrarás un calendario para llenar con fechas y detallar los tiempos de esos mágicos recorridos. Escribí dónde te alojaste, cuándo llegaste, cuándo te fuiste, y otros detalles de tus andanzas en las fichas que diseñamos para que tengas todo a mano.
- También hay un checklist de equipaje: te damos muchas ideas de lo que podrías incluír en tu bolso o valija y podrás ir tachando lo que ya tuviste en cuenta, ¡para no olvidarte de nada! ¿Te acordás qué llevaste el viaje anterior? ¿Qué te sirvió y qué no usaste nunca? ¿Qué pensás llevar al próximo como tus elementos infaltables? Anotá todo y armá LA valija.
- Gastos: es bueno llevar la cuenta para saber qué es lo que resulta más caro o económico en cada lugar, para planificar bien cómo ingeniárselas una vez ahí o en nuestra próxima aventura.
- Recordá anotar tus experiencias y sensaciones en la guía de reflexiones post-viaje. Es un excelente disparador para poder extenderse y ahondar en cada tema en el resto de las hojas de tu viaje (aka más ideas para combatir el bloqueo)
Esperemos pronto poder volver a armar el bolso ¡e irnos a algún lado! Mientras nos cuidamos desde casa, te propongo ponerte al día con tu cuaderno de viaje olvidado, volver a ver las fotos de tus últimos recorridos y plasmar tu entusiasmo en las hojas en blanco.
¡Contame en comentarios sobre las ideas que se te ocurren para hacer tu propia bitácora o tu experiencia si ya armaste una!
PD: te invito a conocer nuestra línea De Viaje haciendo click acá donde encontrarás todos los productos que pensamos para embellecer las valijas de los más aventureros.